Y ahora ... jóvenes!
Casi tres meses sin escribir!!! En las últimas semanas he estado trabajando mucho en distintas áreas dentro de mi iglesia, pero creo que el trabajo con los jóvenes es la que he cogido con más fuerza.
Tenemos en la iglesia un grupo de jóvenes precioso que ya están sirviendo al Señor al 100%. Son jóvenes en santidad que viven íntegramente para Dios, son sin duda un ejemplo en la congregación. Aprovechando su amor hacia Dios y sus ganas de aprender les estamos involucrando en más cosas dentro de la iglesia tales como dirigir la radio o ir de contertulios, dirigir los cultos, predicar ...
Nuestra iglesia es muy activa y tenemos muchos frentes abiertos. Ahora además tenemos no una sino dos iglesias que dependen de nosotros y nos esforzamos y trabajamos mucho más. No parecería el momento ideal para empezar a hacer cosas con los jóvenes pero Dios puso en mi corazón un sentir muy fuerte, una carga por los jóvenes.
Mi deseo es que sigan así, que se mantengan en esa santidad que demuestran. No tenemos mucho tiempo para reunirnos pero siempre que tenemos media jornada libre o un sábado que no vamos a Monforte (el lugar donde está nuestra otra iglesia) los jóvenes nos reunimos.
Y me están encantando nuestras reuniones. Tenemos una máxima: Lectura bíblica, ayuno y oración. Eso es lo que hacemos. No nos reunimos para cantar, ni para jugar ni para salir a tomar un helado (eso podemos hacerlo siempre que queramos) nos reunimos para crecer en el espíritu.
Me siento feliz por las ideas que me da Dios para trabajar con ellos, pero aún soy más feliz cuando veo que ellos responden con sobresaliente a las tareas asignadas. Sí, les pongo tarea para casa como a los niños pequeños en la escuela!
Pero el ponerles tarea requiere de mi parte también un mayor esfuerzo y esa es la razón por la que en las últimas semanas he estado menos activa en internet.
El trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes es gratificante, especialmente cuando te dejas dirigir por Dios.
Y me pregunto yo ... ¿Algún día trabajare con ancianos? ... Si Dios así lo queire, lo haré!